Un paciente fue remitido por un colega residente para aclarar un dolor de cabeza que había existido durante algunas semanas. El paciente ya había fracasado con varios médicos. Después de que el dentista tratante corrigió la mordida, los dolores de cabeza desaparecieron. Este ejemplo de nuestra clínica ilustra la importancia de la conversación médico-paciente de una manera particularmente clara.

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